Según la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores, el envejecimiento está determinado como un proceso gradual durante el curso de vida conllevando a cambios biopsicosociales y funcionales con varias consecuencias, las cuales se asocian con interacciones dinámicas y permanentes entre el sujeto y su medio. (Organización de Estados Americanos, 2015)
El envejecimiento trae consigo un aumento en la probabilidad de sufrir afecciones en la salud de las personas, entre ellas se encuentran la pérdida de audición, la aparición de cataratas, dolores de espalda, condiciones como depresión, demencia, entre otros. (Organización Mundial de la Salud, 2015)
Los profesionales de la salud tienen por objeto abordar las diferentes problemáticas que afectan a las personas mayores y proponer diferentes estrategias que mitiguen esos riesgos y promuevan la salud de la población. Uno de estos profesionales es el fonoaudiólogo, quien está encargado de la comunicación humana y sus deficiencias (Ley 376 de 1997). Las competencias del fonoaudiólogo están encaminadas a mejorar las habilidades de comunicación, lenguaje y cognición con el fin de generar procesos de participación y transformación social a partir del reconocimiento de la comunicación como una herramienta de participación y cambio. (Ballesteros-Pérez & Alfonso-Rodríguez, 2019).
De esta manera, la comunicación es inherente a las personas, en la medida en que las personas pueden mejoran su comunicación y son cada vez más competentes en ella. Es por esto por lo que las acciones fonoaudiológicas están dirigidas al uso de estrategias que permitan a las personas resignificar su rol en la sociedad, que es posible a partir del mejoramiento de sus habilidades de comunicación, liderazgo y ciudadanía (Peñaloza Montaño, Coronel Gómez, & Parra Carauche, 2021).
El fonoaudiólogo, desde una perspectiva social, deja de lado la visión asistencial, y toma en cuenta diversos aspectos como el entorno comunicativo, la generación de redes interpersonales y socioculturales para promover el bienestar comunicativo y así mantener la calidad de vida (Alfonso y Ballesteros, 2018).
Dentro de las diferentes estrategias que puede emplear un fonoaudiólogo, cuando trabaja inmerso en las comunidades, está el diagnóstico participativo. Esta estrategia, de acuerdo con Folgueiras y Sabariego, permite al profesional tener un acercamiento con la población, de manera dinámica al determinar desde el punto de vista de la comunidad qué actividades son necesarias y en cuáles podrían apoyarse promoviendo su salud. (Folgueiras-Bertomeu & Sabariego-Puig, 2018). Esto implica discutir con la comunidad para analizar con ellos y recopilar la información precisa sobre las dificultades que podrían estar enfrentando y las causas fundamentales para entender sus capacidades, recursos y escuchar las soluciones que se proponen.
¿Por qué es importante realizar un diagnóstico participativo?
El diagnóstico participativo, es una herramienta que se ajusta a cualquier grupo social, permitiendo identificar cualidades y habilidades de las personas, mediante las cuales se llegan a acuerdos, donde toda la comunidad se integra dando sus aportes en la identificación y priorización de problemas y se genera la información básica para los procesos de seguimiento y evaluación. (Vasconcelos de Sousa, y otros, 2019).
Por otro lado, este proceso de diagnóstico permite a los profesionales o entidades establecer las necesidades y problemáticas que influyen en la participación comunitaria relacionadas con los determinantes de la salud a nivel urbano y rural que afectan la comunicación, incluyendo aspectos del contexto físico y socioeconómico; a través de los programas comunitarios, permiten promover la educación, el bienestar, la cultura y la salud, motivando a una participación activa de sus habitantes y posibilitando la satisfacción de algunas de sus necesidades (Folgueiras-Bertomeu & Sabariego-Puig, 2018). En este sentido, y teniendo en cuenta el objeto de estudio del fonoaudiólogo, el trabajo colaborativo a través de metodologías participativas puede fomentar la identificación de riesgos comunicativos que afectan a un individuo, a su comunidad o su entorno, pero desde la visión de los mismos actores, donde ellos mismos identifican sus necesidades y participan en la creación y validación de las soluciones.
¿Cuáles técnicas de investigación participativa se pueden utilizar?
Dentro de las técnicas de investigación participativa con persona mayor, se puede hacer uso de:
Grupos focales
Mapa parlante
Línea de tiempo y cartografía social
El uso de las herramientas mencionadas anteriormente permite la interacción, estimula el diálogo, además de facilitar la comunicación desde su mismo entorno, permite que las personas exterioricen sus necesidades y les invita a comunicarse, a hacer una reflexión sobre como las personas mayores se comunican, explorando las herramientas que utilizan, los medios que empelan y la finalidad de la comunicación. Además, es un espacio de opinión, que permite mediar la comunicación entre el investigador y los participantes y tiende a profundizar en las informaciones y entender comportamientos en un determinado contexto cultural. Se recolecta información de una manera dinámica a través de un mapeo colectivo, permitiendo conocer sobre el espacio geográfico, social económico y cultural. (Valderrama Hermandez, 2013)
Finalmente es importante mencionar que estas metodologías o estrategias participativas permiten abordar a la población acorde a sus necesidades e intereses comunicativos, por ende, permite tener exitosas intervenciones de participación social donde se pueden crear estrategias de comunicación para favorecer el intercambio de información en las personas mayores, en el que se promueve el bienestar comunicativo de la población. Dentro de este proceso uno de los aspectos más importantes que se tienen como objetivo es que cada uno de los individuos sean sujetos promotores y participes con actividades comunicativas acordes a sus contextos sociales, a las redes de apoyo y teniendo en cuenta las particularidades de cada población, ajustándose de manera eficiente para promover espacios óptimos de comunicación de las personas mayores.
Referencias
Ballesteros-Pérez, D. V., & Alfonso-Rodríguez, L. A. (2019). El fonoaudiólogo en el ámbito de la comunidad y el bienestar social. Revista Colombiana de Rehabilitación, 75-86.
Folgueiras-Bertomeu, P., & Sabariego-Puig, M. (2018). Investigación-acción participativa. El diseño de un diagnóstico participativo. revista d’innovació i recerca en educació, 16-25.
Ley 376 de 1997.
Organización de Estados Americanos. (2015). Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores. Washintong.
Organización Mundial de la Salud. (2015). Informe mundial sobre el envejecimiento y la salud. Washintong: OMS.
Peñaloza Montaño, Z. R., Coronel Gómez, D. G., & Parra Carauche, N. (2021). NTERVENCIÓN DEL LENGUAJE EN EL ADULTO MAYOR CON ENVEJECIMIENTO. REVISTA CIENTÍFICA SIGNOS FÓNICOS.
Valderrama Hermandez, R. (2013). Diagnístico aprticipativo con cartografía social. innomaciones en metodología investigación-acción participativa. Revista andaluza de ciencias sociales, 53-65.
Vasconcelos de Sousa, I., Praça Brasil, C. C., Magalhães da Silva, R., Paixão e Vasconcelos, D., de Vasconcelos Filho, J. E., Paulino Pinto, O., & Finan, T. (2019). Pesquisa participativano protagonismocomunitário para abordar questões de saúde: um olhar sobre o diagnóstico participativo. 7 congreso Ibero-Americano de investigación Qualitativa (págs. 1068-1077). Fortaleza: Ludomedia.
Por: Giral Clavijo Vera, Diana Sarai León
Filiación: Jóvenes investigadoras – Minciencias, Egresadas del programa de fonoaudiología.
Artículo desarrollado en el marco del proyecto: “Desarrollo e implementación de un programa interdisciplinar de atención primaria en salud basado en telesalud en las condiciones de salud física, mental, ocupacional y comunicativa de la persona mayor.” Financiado por la convocatoria 874 de 2020 de Minciencias.