La pérdida auditiva, según la OMS se ha convertido en uno de los problemas más significativos en los seres humanos, específicamente en la población del adulto mayor donde el 65% de este grupo etario tiene alguna afectación del componente auditivo.
El manejo de estas patologías se realiza comúnmente con la implantación de dispositivos de apoyo auditivo y/o amplificación auditiva, Lastimosamente, algunos procesos de rehabilitación únicamente se enfocan en el aspecto biológico y funcional de “escuchar”, dejando a un lado las implicaciones en la realización de actividades diarias y la participación social.
Así mismo, se ha creado un paradigma cultural frente al uso del audífono entendiendo este como algo que limita la salud y que obliga a adquirir estilos de vida de una vejez no deseada (ASHA, 2016), por esto, la persona mayor debe apropiarse del conocimiento de su audición e igualmente entender el proceso de rehabilitación desde un enfoque participativo y normal que ocurre con paso del tiempo.
¿Cómo está aportando la ECR a eliminar este paradigma?
Desde sus áreas de formación en fonoaudiología y en audiología, ha creado estrategias de intervención basadas en las habilidades auditivas y desde un modelo biopsicosocial entendiendo al usuario como un ser integral, el cual puede apropiarse del conocimiento y el proceso de rehabilitación de la salud auditiva.
Por esta razón, la ECR llevó a cabo un programa de intervención [1] con población adulta mayor aledaña al campus, con el que se puso en marcha una estrategia de intervención con un enfoque participativo auditivo – comunicativo a través de tres fases:
La Fase inicial de diagnóstico:
Se realizó con la población específica una caracterización auditiva – comunicativa en donde se identificó cuáles personas hacían uso de dispositivos de ayuda auditiva, la autopercepción de la audición y de igual manera se les aplicaron las pruebas básicas audiológicas con el fin de ver su estado auditivo.
Fase dos:
Aquí se estableció un programa de intervención basado en las habilidades auditivas propuesto en 12 semanas;9 semanas de intervención de las siete habilidades auditivas, luego se establecieron 2 semanas de educación y apropiación del conocimiento y 1 semana de cierre y autoevaluación del programa.
Fase tres:
Se aplicó la batería de Santiago, la cual evalúa las habilidades auditivas centrales, y de igual manera se realizó el análisis correlacional del proceso de valoración y de los resultados de cada proceso de intervención.
¿Qué resultados se han obtenido?
Mediante el análisis del proceso fisiológico y funcional de la audición, las habilidades auditivas y las implicaciones del envejecimiento natural, se estableció la necesidad de la aplicación de un programa diferente basado en la rehabilitación auditiva desde las habilidades auditivas, un enfoque participativo y la apropiación del conocimiento de la persona mayor.
Las personas mayores no perciben el proceso auditivo como un componente importante de su salud, aun cuando en ocasiones sí manifiestan que tienen dificultades en procesos de escucha que pueden impactar la realización de las actividades y aspectos sociales. Un dato relevante encontrado en esta población es que sólo el 57% presenta una audición dentro de los parámetros normales con o sin caídas en las últimas frecuencias y el 43% de la población presenta alguna pérdida auditiva que al ser corroborada con la prueba de logo-audiometría no impacta la comprensión del lenguaje.
Gracia al diagnóstico participativo se logró determinar los gustos e intereses frente a la música, sonidos frecuentes y aspectos sociales importantes de la persona mayor que fueron eje fundamental para la creación del programa de promoción de las habilidades auditivas, lo que permitió una participación activa dentro de las sesiones, en términos audiológicos las habilidades en las que más dificultades se reconocieron en la población fueron la discriminación y el reconocimiento auditivo donde los factores de efectividad fueron más bajos .
Por último, en la evaluación de las habilidades auditivas de cada usuario, se evidenció la importancia de la aplicación del programa piloto en la persona mayor y una correlación eficiente entre los procesos de valoración integral.
La implementación de estrategias de valoración e intervención desde un aspecto biopsicosocial, de apropiación del conocimiento, participación y basado en las habilidades auditivas se hace necesaria para el adulto mayor, ya sea para prevenir los impactos de la pérdida auditiva, y trabajar en el manejo de pacientes con dispositivo o sin dispositivo de apoyo auditivo.
¿Sabías que la ECR es referente nacional en audiología?
Nuestra especialización, con trayectoria de décadas, tiene sus inscripciones abiertas para iniciar en octubre de 2022. Conoce más sobre el programa aquí.
Referencias
OMS, (2021). Tamizaje auditivo: consideraciones para su implementación. Washington, D.C.: Organización Panamericana de la Salud; 2021. Licencia: CC BY-NC-SA 3.0 IGO. https://doi.org/10.37774/9789275324912.
ASHA, (2016). La pérdida de audición y la edad. La Asociación Americana del Habla, Lenguaje y Audición 2200 Research Boulevard, Rockville, MD 20850 • 800-638-8255
[1] Proyecto financiado por el ministerio de Ciencia Tecnología e Innovación (Minciencias) y la Institución Universitaria Escuela Colombiana de Rehabilitación. Convocatoria 874-2020 “Convocatoria para el fortalecimiento de proyectos en ejecución de CTeI en ciencias de la salud con talento joven e impacto regional” Contrato 461-2021- minciencias-ECR
Por: Laura Daniela Morales – Karen Sofia Aldana
Filiación: Jóvenes investigadoras – Minciencias, egresadas del programa de fonoaudiología ECR
Artículo desarrollado en el marco del proyecto: “Estrategias de intervención desde un enfoque biopsicosocial propuesto por la CIF para el conjunto básico abreviado de pérdida de audición” Financiado por la convocatoria 874 de 2020 de Minciencias.